domingo, 10 de noviembre de 2013

El Cid en la Literatura


Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid Campeador, guerrero castellano invicto por excelencia, fue testigo del cristianismo medieval en una época de la Reconquista de la Península Ibérica con sangrientas batallas en los distintos territorios.
El nombre de El Cid está unido a Castilla y a cuatro nombres: el de su esposa, Dª Jimena, el de su caballo, Babieca y el de sus espadas Tizona y Colada.
La importancia de sus triunfos y su liderazgo le hicieron famoso y digno de admiración de cristianos y musulmanes, adquiriendo por mérito propio, prestigio y fama en vida.
Con los años creció el clamor popular de sus hazañas, transmitidas verbalmente por los juglares y  tomando forma escrita en la que se ha considerado la composición lírica más antigua de Europa y primera obra de Literatura española “el Cantar de Mío Cid” escrito en lengua romance.
 Las juras eran tan fuertes
que el rey no las ha otorgado.
Allí habló un caballero
de los suyos más privado:
—Haced la jura, buen rey,
no tengáis de eso cuidado,
que nunca fue rey traidor,
ni Papa descomulgado.
Jura entonces el buen rey
que en tal nunca se ha hallado.
Después habla contra el Cid
malamente y enojado:
—Mucho me aprietas, Rodrigo,
Cid, muy mal me has conjurado,
mas si hoy me tomas la jura,
después besarás mi mano.
 Posteriormente se amplió la divulgación de sus gestas en La leyenda de Cardeña, en la que los monjes de San Pedro de Cardeña lo retratan casi como un santo de la cristiandad y en las Mocedades de Rodrigo, fechada en 1360 y atribuida a un autor anónimo de Palencia o Zamora según los distintos investigadores. 
La herencia cultural de este héroe es para un público de todas las edades y  permanece ligado a los símbolos de una Europa Medieval de castillos, de luchas de valientes caballeros y de conquistas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Sabías que los comentarios animan a seguir escribiendo?.
¡Sí, tu punto de vista es muy valioso!
MUCHAS GRACIAS POR OPINAR, o plantearnos tus sugerencias o dudas.